Aunque mi ultra fanatismo futbolero me tenía hace días a punto de escribir sobre Alemania 2006, estoicamente había resistido la tentación, pero ahora que se está por terminar, no pude dejar pasar la oportunidad de hacerlo, porque, a pesar del trabajo y las obligaciones familiares, y que cuando un Mundial es en Europa los horarios son (y de qué otra manera podía ser) ... como las pelotas, me he dado maña para ver la mayor cantidad de partidos posibles. Y les confieso algo, no importa que tan malo sea el partido, no puedo evitar quedarme viéndolo un rato, aunque hubiera sido mejor que Suiza y Ucrania hubieran definido a penales, sin tener que someternos al castigo de 2 horas de aburrimiento y que los partidos de Inglaterra e Italia se acabasen apenas hicieran su respectivo golcito.
No importa nada, incluso es mejor que ver el fútbol nacional; el Mundial es cada cuatro años, estamos acostumbrados a que Chile no vaya, así que se puede mirar con menos camiseta y más calma, aunque el señor Carcuro insista en la pena que debemos tener porque se quedaron afuera los argentinos (y a mí que me interesan los argentinos, además que quería que ganara Alemania). Al margen, no me pregunten el porqué, pero no puedo mirar los partidos en otro canal que no sea TVN. ¿Será el trauma post dictadura, en que, como vivía en San Antonio, no llegaban los otros canales y el primer otro canal que llegó fue el entonces Canal de la Universidad de Chile?. Bueno, eso no es relevante.
En fin, ayer por la tarde se acabó un mito y nació otro. Ronaldo de Assís Moreira (Ronaldinho Gaúcho para el vulgo) no se consagró como el mejor jugador del mundo y ni siquiera se acercó parecerse a la mugre del dedo chico de Pelé y Maradona, y por otro lado el argelino - francés Zinedine Zidane dejó en claro que, pese a todo, es el mejor jugador de todos los tiempos de Francia (Platini, sorry man) y probablemente, uno de los cinco mejores de la historia de los Mundiales, y que en el Real Madrid no tiene motivación alguna para jugar, aparte de los viles morlacos, y que por la Bleu se le terminan todos los achaques y la edad, y se viste de frac para engalanar las canchas, lo que en este Mundial no sobró.
Pero bueno, queda sólo una semana, se conocen los semifinalistas y parece que el dueño del cumpleaños se va a comer la torta solito.
¡Deutschland, Deutschland!
1 comentario:
Puedes odiar el fútbol, pero el mundial es el mundial, te preocupas de los resultados aunque no sepas lo que es un off side. Igual que los juegos olímpicos, nos llenamos del espíritu ateniense desde una perspectiva sedentaria.
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