domingo, julio 09, 2006

A hacer mejor las tareas.

Conversaba ayer con unos amigos en el cóctel después del bautizo de la hijita de otra amiga y salió a colación el tema de la baja abrupta de popularidad de la Bachelet luego de estos meses de gobierno y la conclusión fue bastante decidora: muchas de las cosas por las que se le está pasando la cuenta a la Presidenta no son culpa de ella y además que situaciones como el paro escolar no le habrían sucedido a un hombre si estuviese ejerciendo la Primera Magistratura.
Pensándolo un poco más en frío, creo que ambas afirmaciones son ciertas, pero también lo es que estamos en un nuevo gobierno de la Concertación y que muchos de aquellos que hoy están trabajando, ya han sido parte, de alguna u otra manera, de la administración y cierto grado de conocimiento tienen (o, dado el estado actual de las cosas, deberían haberlo tenido) respecto a la situación de los distintos ministerios y de los avances y tareas pendientes, por lo que sucesos como los de las casitas de Lucio Dalla (una casita chiquitita así...) no debieran tomarlos por sorpresa. No quiero con esto decirles que todo se reduce a un tema comunicacional, porque la vergüenza que produce ver las "soluciones habitacionales" de 6x2, debiese sonrojar no la cara, sino el alma de todos los chilenos, pero que el hecho de que este gobierno ayuda a hacerse mala prensa y a dar la impresión de no tener idea donde están parados es real. No sólo en el caso de las casas enanas, también en el mismo conflicto de los "pingüinos" y en el tema de la reforma previsional, y varios otros más, parece ser que todo es confusión, falta de acuerdo y desinformación, en que un ministro dice algo, el otro lo rebate y el de más allá dice que está todo bien.
Volviendo a las casas enanas, aún cuando se haya privilegiado la exigencia de los pobladores de no moverse de la comuna donde siempre han habitado por sobre el metraje cuadrado o la calidad, no hay nada que justifique catalogar de casas a estos símiles de las casetas sanitarias de fines de los 80 y principios de los 90 que se entregaron en todo Chile para ayudar a ampliar viviendas pequeñas de la gente más pobre. Aún más, el Estado debió suplementar un poco más el subsidio de estas familias para darles una casa de verdad, quizá no de 50 o 60 metros cuadrados, pero si con un tamaño que no les obligue a elegir entre la cama y la cocina. Al respecto, se argumenta que van a tener la posibilidad de ampliarse por el terreno, ¿y para dónde?, porque a menos que las imágenes de tv engañen, no se ve gran espacio entre las casetas para ampliarse, salvo que sea hacia arriba.
Es imperioso, creo, que se solucione este tema, así como el de las casas "Chubi", porque cualquier derecho humano se basa en el respeto a la igual dignidad que tienen todos los hombres y que el Estado, como garante de estos derechos y del bien común, es el primer llamado a asegurarlos y a hacer todo lo que esté a su alcance para que nadie, inclusos los gobernantes, los pase a llevar.
Como seres humanos estamos también llamados a ese respeto y a fiscalizar y reclamar del gobierno, aunque sea aquel por el que votamos, que cumpla con este mandato, superior a todo orden legal o jurídico, que viene desde nuestra naturaleza de creaturas de Dios, sin distinción alguna.

2 comentarios:

Bab y Pablo dijo...

Sería bastante sesgado echarle la culpa por lo de las casas a la Presidenta, así como de otras cosas, porque muchas se han heredado del Papá Ricardo, el Tío Eduardo y el Tata Patricio. Lo que sucede es que en algún momento, la Concertación podía justificar que las políticas públicas habían sido ideadas por la dictadura. Pero ya han pasado 16 años desde que está gobernando y Gobierno tras Gobierno vuelven a parecer estas cosas que nos hacen retroceder al peor asistencialismo que puede proveer un Estado. Ese que disfruta del pan y circo, roza el populismo y entristece el alma solidaria de todos los ciudadano.

Mallén dijo...

Para mayores opiniones... remítanse a mi blog... ahí escribí algo sobre el tema.