La Conferencia Episcopal de Chile se reunió en Punta de Tralca en su Asamblea ordinaria, y el día viernes 17, hizo su declaración pública respecto a diversos temas, que van desde el trabajo de base en relación con la próxima reunión del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) en el Santuario de la Virgen de Aparecida, Brasil hasta la reivindicación de la política como una de las más nobles expresiones de la caridad, por sobre la corrupción, invitándonos a no asumir con acostumbramiento y resignación las conductas reñidas con la ética, por pequeñas que sean, pasando por reflexiones en torno a la polémica sobre el aborto, pero por sobre todo un llamado a volver a la mirada y el corazón a Dios, evitando la dicotomía entre lo público y lo privado en nuestra relación con el Señor, tratando de recluir la fe a los rincones de la intimidad, privando al mundo de Dios.
Comparto totalmente las conclusiones que esboza esta declaración pública, pero por sobre todo me alegro por sentir que nuestra Iglesia está poniendo nuevamente su mirada en lo social, mostrando luces para recuperar como sociedad la ruta al Señor.
En relación con esto, vaya un extracto de una oración del preclaro San Agustín de Hipona:
"Una Iglesia como el pan de cada día que es preciso cocer cada mañana,
sin perder la esperanza de que nos va a salir mejor que ayer.
(¡Ánimo panadero, que hay que dar de comer al mundo entero!)
Una Iglesia de niños y de pobres, último baluarte de los justos
que están a punto de abandonar la causa de los hombres.
(Pero si piden pan y les dais piedras, ¿cómo van a volver?)
Iglesia para dar noticias buenas, Iglesia animadora,
levadura de un mundo que hace ya tiempo dejó los templos,
porque sólo encontraba luto y engaño y se fue dolorido,
como un rebaño sin pastor y sin rumbo, por el desierto.
Pero, ¡cómo quisiera volver a casa!
¡Cómo quisiera regresar a tus prados de primavera!
y que Tú les dijeseis: Iglesia joven: “¡Ánimo!
¡Plantad árboles! ¡Coged las flores! ¡Echad las redes!
¡Dadle la bienvenida al mundo que viene!
¡Que nadie tenga miedo de alzar el vuelo,
porque Dios está arriba, y es el Dios de los vivos, no de los muertos!”"
Chaíto