jueves, septiembre 28, 2006

Por mi hijo.

La verdad sea dicha, he tenido hartas ganas de escribir y ha habido tanto tema interesante, como las declaraciones de Chávez en la ONU, las del embajador venezolano contra la DC, el paro de la salud, la supuesta muerte de Osama, la reivindicación de la lucha armada de la ETA, en fin, muchísimo tema, pero desafortunadamente (o afortunadamente), desde el 18 de septiembre la casi exclusiva preocupación mía y de mi señora ha sido la salud de nuestro Nachito, que se agarró un virus que le atacó la garganta, le produjo fiebre alta y luego que se le pasó la fiebre, le llenó el cuerpecito de granos. Para rematar, ahora está con un problema estomacal que lo tiene con un poco de diarrea, así que he remojado y lavado ropa de guagua unas cuatro o cinco veces en los últimos dos días.Por otra parte, el mismo virus que atacó a mi niñito, me agarró a mí y me tuvo con dolor de cabeza, con dolor de estómago, diarrea y vómitos el fin de semana pasado.

En consecuencia, hemos vivido, aún más de lo habitual, en función de los estados de ánimo, de salud y de sueño de nuestro niño, con las consecuencias lógicas en cuanto a cansancio, irritabilidad, falta de tiempo como pareja, etc. Lo más "gracioso" del asunto es que este mes y esta semana en particular, forzosamente nuestro punto de mira apuntaba hacia Nachito, porque recibe su bautismo el fin de semana, y hay que afinar los últimos detalles, tanto en lo propiamente sacramental como en el posterior convite para los familiares y amigos, la coordinación con los padrinos, los abuelos que vienen de San Antonio, el pasar a buscar la torta, ordenar el salón donde se hará el cóctel, ufff!

Sea como sea, ha sido muy fuerte constatar el cómo un pequeñito te va llenando la vida, casi sin querer apropiándosela, tomando prestados sin permiso tus descansos, poniéndote furioso porque ya no sabes que puede tener, para finalmente caer rendido a sus encantos, a sus sonrisas, a sus miradas tiernas, que te quitan todas las ganas de decirle cualquier cosa o de mirarlo feo, no quedándote otra que agradecerle al Dios de la Vida por el maravilloso regalo de un hijo y por la confianza depositada para poner en nuestras manos a una de sus creaturas para ayudarla a conocerle y a caminar a su encuentro en medio de los hombres. Este sábado damos el primer paso en ese sentido, así que bienvenido a la familia de los hijos de Dios, mi amado Nachito.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pucha amigo, que pena lo del virus que agarró al Nachito, la Clau me lo había contado hace unos días (raro el nombre del virus además. Pero tu sabes que los niños antes del año son delicados, uno puede cuidarlos mucho, mas, están recién enfrentándose al mundo y son super vulnerables.
Ya vas a ver que, ahora que mejora el tiempo, todo eso va a ser tema del pasado.
Nos vemos mañana en el bautizo...
DANI.

alfadith dijo...

hola andres: bueno,nada que más decirte que te entiendo a la perfeccion (total estamos en las mismas) y que coincido plenamente con todas tus palabras, increible como los hijos te llevan del caos y al ajetreo a la paz más plena. En fin, mejor vivirlo, a no tener esa oportunidad cierto?.
A proposito, hace un mes a la Ale, a mi y a mi mamá nos dio el mismo bicho a la guata, asi que parece que ese bicho viene con el pack bebé incluido ja ja.
bueno, nos vemos en el bautizo. cariños
ale