A un mes del comienzo del conflicto de los secundarios, uno comienza a preguntarse: ¿Por qué protestan ahora? ¿No será demasiado?. La respuesta al parecer no la tienen ni siquiera ellos mismos, cansados, enfermos, hambrientos y, peor aún, divididos, principalmente desde el minuto en que permitieron que se les colaran por las ventanas políticos, activistas varios, guerrilleros frustrados y medioambientalistas reconvertidos en luchadores sociales.
¿Qué consiguieron? Lo que el mal manejo del gobierno no pudo: minar las confianzas entre ellos y debilitar sus propósitos originales, justos la mayoría, irreales otros, para pasar a preocuparnos de cuando se bajan o que nuevo adalid de la "izquierda alternativa" se ofrece a asesorarlos, con los pésimos resultados que saltan a la vista.
Si Ud. se da cuenta, casi no se ha escrito en este artículo sobre la pertinencia o no de las demandas de los estudiantes o sobre el profundo debate al que se nos estaba invitando como sociedad para modificar una de las piedras de tope no del definitivo despegue económico (de eso ya tenemos bastante), sino del despegue al auténtico desarrollo, el humano.
Bueno, pero así está la cosa. Ya llegó el Mundial, las inundaciones, y los escolares ¿dónde van a quedar? Espero en Dios que la famosa (y enésima) comisión asesora dé frutos y que los "pingüinos" no terminen congelados, para el bien común de todos.
P.D: Ojalá no gane Brasil el Mundial, por la variedad.
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2 comentarios:
No estoy de acuerdo con lo dicho, principalmente porque "los pingüinos" como se les llama ahora tienen una capacidad de reacción muy alta, lo que les permite adaptarse muy bien ante los hechos, cuando Bachellet les dijo que se saquen los pasamontañas, cambiaron su modalidad de marcha a toma. Dejaron al mínimo la interacción entre los otros grupos: FPMR, el colegio de profesores, etc. no vi a ningún estudiante que organizaba el cuento identificarse con las ideas de alguna de estas instituciones (a no ser de uno que estaba muy radicalizado para un partido).
Me gustaría decir que a pesar de la existencia de sectores que querían aprovechar el movimiento, existieron grupos que crearon dialogo y con ellos los dirigentes de los estudiantes secundarios se acercaron y tomaron propuestas. Instancias como la reunión con el congreso organizada por la FEUC y otras instancias de apoyo que hizo la FECH. Me acuerdo que incluso la página de estudiantes de Derecho de la Chile tenía en su página las normas de como debiera tomarse el colegio.
Apoyemos a los estudiantes, que esto es un proceso que da para largo. Apoyemos las instancias de diálogo sincero. Es la primera etapa para mejorar una educación que dista mucho de ser aceptable.
Si hay algo que podemos sacar en limpio del conflicto estudiantil, es que por fin la educación pasó a ser un tema de primera línea en las decisiones gubernamentales. Cuando un país como el nuestro ha superado las necesidades de sobrevivencia (cobertura), sus requerimientos cambian para conseguir el estadio de nación desarrollada (calidad). Los buenos bríos que en sus inicios traía el movimiento pasaron a segundo plano con su instrumentalización. Es sorpredente como los jóvenes tratan de buscar soluciones en ideas añejas más que en explotar las oportunidades que otorga el sistema actual. Por más capitalista que sea, la ventaja de la libertad de enseñanza es fundamental. El problema es que no se ha ahondado en la regulación para ligar los subsidios que el Estado brinda a la educación, como factor para asegurar la calidad. La sociedad chilena, que tiene fama de ser devota del mercado, debe aprovechar la posibilidad que le otorga este de exigir al Estado, como un cliente se enfrenta a su proveedor, educación de calidad. Si bien en el papel y en el discurso la palabra igualdad conmueve más corazones que un bolero de Manzanero, lamentablemente tiende a nivelar para abajo (estándares mínimos), en cambio, la equidad, al entregar herramientas a todo quien lo necesite, permite enfrentar la dura competencia del talento mucho más preparados.
Pablo
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