1. Relata el día más feliz de tu vida.
Yo creo que hay varios: el día que nació el Ignacio, a pesar de todo lo que corrimos, porque fue parto por cesárea de urgencia, pues en la ecografía de control que se tomó la "chica" en la mañana el doctor se percató que el niño no estaba creciendo y nos mandó a hablar con el ginecólogo porque había que operar ese día. El mejor minuto fue cuando el Nachito ya había nacido y lo habíamos conocido, y se lo llevaron llorando para el examen del neonatólogo, pues al escuchar mi voz se calmó y se portó como un caballerito. Luego me tocó ir a dejarlo a Neonatología de la clínica. Impagable.
Otro día feliz fue el 18 de octubre de 2000, en que me puse a pololear con la Claudia,porque llegué con una rosa a la Vicaría, que había comprado temprano (me gané suspiros de ternura de unas escolares cuando me vieron con la dichosa flor), todas mis amigas en la Vica me molestaron con que era para ellas, y luego se la entregué, junto a un poema, y me dijo que sí, y todavía no se arrepiente (y yo tampoco).
Finalmente, el día que por primera vez hicimos el amor (no contaré más, porque no me incumbe sólo a mí), sobre todo porque era la primera vez de ambos y el inicio de un hermoso camino de descubrimiento que hemos hecho juntos.
Otro día feliz fue el 18 de octubre de 2000, en que me puse a pololear con la Claudia,porque llegué con una rosa a la Vicaría, que había comprado temprano (me gané suspiros de ternura de unas escolares cuando me vieron con la dichosa flor), todas mis amigas en la Vica me molestaron con que era para ellas, y luego se la entregué, junto a un poema, y me dijo que sí, y todavía no se arrepiente (y yo tampoco).
Finalmente, el día que por primera vez hicimos el amor (no contaré más, porque no me incumbe sólo a mí), sobre todo porque era la primera vez de ambos y el inicio de un hermoso camino de descubrimiento que hemos hecho juntos.
2. ¿Cuál es tu bebida favorita, y por qué?
Acogiendo el concepto restringido, la bebida gaseosa que más me gusta es la Sprite Zero, junto a la Quatro, siempre que sea helada, y antes la Limón Soda, creo que porque me gustan esos sabores más bien alimonados y cítricos, lo que nos lleva a que me gusten como tragos el Tequila Margarita, la Caipirinha o el Pisco Sour, pero en alcohol prefiero un buen Merlot o un Rose, o para algo más íntimo champagne (sí, es afrodísiaco).
3. Si pudieras hacerle tres preguntas a Dios (con respuesta cierta de vuelta)... ¿Qué le preguntarías?
¿Cómo se puede amar a personajes como Hitler, Franco, Pinochet o Stalin, por ejemplificar?
¿Qué tan terrible fue lo que vio la mujer de Lot como para convertirla en estatua de sal? ¿Algún secreto de fe?
¿Podrías enseñarme mil maneras de dar la vida por los amigos?
4. ¿Le temes a algo? Si es así... ¿A qué?
Al fracaso, me persigue, me acosa, desde lo más simple a lo más complejo. Ya conté el rollo de la bicicleta en el blog, pero me impedía hablar con las niñas que me gustaban o para sacarlas a bailar en una fiesta, por si me decían que no. Ligado con lo mismo, miedo a no cumplir con las expectativas. Mucho más antes que ahora parecía permanentemente en competencia contra alguien, generalmente yo mismo. Era tan patético y notorio mi nivel de autoexigencia (y también el que sin querer me impusieron mis papás) que mis compañeros de curso sabían si me había ido bien en una prueba por la cara con la que me devolvía a mi asiento después de retirar mi nota desde el pupitre del profesor.
5. ¿Cómo crees que será el Andrés de 70 años? ¿Dónde y cómo lo ves?
Si la historia es cíclica y siguiendo lo que fue mi abuelo a esa edad y cómo mi papá va para donde mismo, me debiera imaginar como un viejo canoso, pelado y enojón, sentado en un sillón viendo tele y parándose para ir al baño, para comer, para dormir, para dar un paseo por el puerto en San Antonio o para ir al cuarto de las herramientas, lugar de refugio personal. Como la historia se puede corregir, pues no creo en el eterno retorno postulado por los griegos, cambio el televisor por un libro y una chimenea, el cuarto por una biblioteca y musicoteca amplísima, y los paseos por viajar por donde quiera, abrazado con mi mujer y ojalá de la mano de alguno de mis nietos. Lo pelado y enojón, no hay milagros para eso.
1 comentario:
Y bueh, no esperaba menos de usted. Sobre todo refiriéndose al tema del cuestionario para Dios... tremendas preguntas. Y será... ¿¿¿Pa cuándo la noche de caipirinhas??? (aunque podría ser noche temática mexicana, jejejeje)
Qué lindo ver cómo siguen amándose tanto Claudia y tú; es cosa de cotejar sus blogs... Eso es predicar con el ejemplo, mi niño.
Y claro... pelado y gruñón, es un hecho. Pero un gruñón liiindo y de un corazón que no le cabe en el pecho.
Te quiero, compadre.
Besotes.
PD: Mándame pronto lo que conversamos ayer!!!!!
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