viernes, enero 04, 2008

Llora la palabra.

Se ha ido mi amante predilecto, el que siempre me mimó, me abrazó con cariño y siempre me colmó de atenciones, que me respetó sin trepidar, el que me lució en todos los salones de la vida que le tocó vivir, con orgullo indisimulado, con pasión incontrolable, aún cuando yo, promiscua por esencia, voy de boca en boca, de lugar en lugar. Se ha ido para no volver, al sitio donde ya no le podré hallar, al silencio eterno.
No sólo yo quedo sola, también su gran amigo me ha dicho que nada será igual sin él, que ya no habrán más de esas largas veladas en que, cual testigo mudo, nos vería amarnos con ternura, en el preciso instante en que su boca me tocaba, apropiándose de mí, para devolverme al mundo aún más bella, aún más plena, aún más yo. También sufre nuestra fiel Celestina teclada, que, aunque anciana, nunca dejó de ser nuestra cómplice, cuando tus manos, a través de ella, me acariciaban con la suavidad del enamorado.
Se ha ido y ya no le oiré, no le veré, no le podré amar, ¿qué será de mí sin mi Quijote? Me siento huérfana, desprotegida en este mundo en que me siento vapuleada, oprimida, reducida al mínimo. ¿Quién me cuidará como tú lo hacías, como Armand a su Marguerite? ¡Cómo me gustaría irme contigo!, pero eso jamás me lo perdonarías.
Sólo me quedará tu recuerdo, la memoria de tus charlas perfectas y tus anécdotas de cuento, y hoy a ello me aferró. Sé que te colmarán de luces, de homenajes, pues como tú no hay otro en esta tierra, pero me quedó con lo simple, como tú.
Ya no puedo decir nada más, porque las lágrimas ahogan mi voz. Sólo puedo decirte: Gracias, amor, descansa en paz.

jueves, enero 03, 2008

Año nuevo, ¿vida nueva?

¿Se han fijado en la multiplicidad de propósitos de fin de año que cada uno de nosotros realizamos? ¿Cuántos de ellos se cumplen? Por lo general, uno, o ninguno, pero es que nadie puede pretender en medio del cola de mono, el pan de Pascua ( de Navidad, por favor), el vino espumante (empiece a eliminar champaña, champán o champagne de su vocabulario, a menos que tome Dom Perignon, por lo de la denominación de origen) decir que va a cuidar mejor su salud o que va a bajar de peso, amén que el alcohol hace decir leseras. Eso, por un lado.

Después viene la repartija de abrazos con el clásico "que se te cumplan todos tus deseos" o "que el próximo año sea mejor que el que pasó". Llevo más de 29 años en esta tierra y, por ahora, son contadas con los dedos de las manos las veces que algo así ha sucedido, es decir, que el efecto acumulativo de las buenas intenciones contenidas en dichas expresiones no suele venir aparejado de la aparición del genio que los cumpla.

Esta reflexión viene de lo que unánimemente ha sido considerado por la mayor parte de mis amigos, conocidos y familiares (y así se lo he escuchado a los que se dedican al tarot, la astrología y demás, también a los políticos, algunos de ellos claramente "brujos") como "un año de mierda", al menos en las líneas gruesas, pues si entramos a hilar fino, todos hemos tenido buenos momentos, alegrías pasajeras y también perennes, amores nuevos o renovados, etcétera. Pero francamente, sin entrar en lo personal, entre el Transantiago, los 63 asesinatos de mujeres por sus parejas, el alza de la luz, las heladas que mandaron a las nubes las verduras y otras maravillas, el año 2007 se ganó un lugar entre mis años no predilectos. Ni les cuento esto de estar todo un año sin trabajo, el hecho que se hayan reducido drásticamente los ingresos familiares, por ejemplificar. Así que cualquier cosa en este 2008 sólo puede ser mejor, porque si lo del año anterior no fue tocar fondo, no sé que pudo haber sido.

Personalmente, creo que lo mejor es proponerse ser un poco más feliz, sonreír más y enojarme menos, por supuesto, ojalá encontrar trabajo, pero por sobre todo, querer más a las buenas personas que ya tengo a mi lado, alegrarme de las cosas buenas que me han sucedido ya en la vida y no ambicionar nada, pero sí soñarlo todo, que algo de ello se hará realidad.

Chaíto.