La idea del título de este post surgió de una conversación con mi señora, a quien le parecía muy simpático escribir algo sobre el por qué de la poca renovación de este sitio. Así que las gracias a ella por darme un empujoncito, bastante necesario, por lo demás.
Sé, a ciencia cierta, que ha bajado muchísimo la producción de post de este humilde servidor, al punto de que algunos de mis lectores han manifestado su inquietud por esta escasez de material nuevo en este espacio.
La verdad es que ando con un ataque de flojera y una suerte de bloqueo creativo derivada de un rol bien particular que tengo por esta época, cruzada por la búsqueda fallida de trabajo y una serie de dudas existenciales que espero discernir pronto: estoy de papá de tiempo completo, teniendo una oportunidad, derivada de las ya citadas circunstancias, de aprovechar todo un período de crecimiento y de aprendizaje de mi hijo que es simplemente maravilloso, pero desafortunadamente para ustedes, queridos lectores, dada la incansable actividad de mi Nachito en sus períodos en que no duerme la siesta, mi tiempo entre estos descansos se limita a cocinar y a otros quehaceres de la casa, quedándome sólo el período entre el final de la comida de la tarde luego de la llegada de la Claudia desde el hospital (a menos que a mi mujercita le toque turno) y la acostada final de mi niñito para el ocio (salvo cuando tenemos reunión de comunidad o terapia de pareja), para revisar las bolsas de trabajo, los mails y distraer la mente con los sitios de deportes, los blogs de otros amigos o simplemente jugar en el computador, y no me concentro lo suficiente como lo amerita la redacción de un texto ameno, comprensible y de algún interés para los lectores.
Así las cosas, les ruego paciencia. Me encantaría escribir más y mejor, y espero, con el favor de Dios, recuperar las energías, para darle un nuevo impulso a este espacio que nació, para quienes no lo saben, hace ya un año y 8 días, en medio de un período de inicio de la vida laboral y con la necesidad de poder hablar de aquello que no siempre se tiene la oportunidad de decir en el cotidiano, sea cual sea la razón para ello.
Finalmente y pese a las "quejas" expuestas por el agotamiento al que me tiene entregado ser "nano" de mi hijo, y siendo aún el día del Padre, quiero agradecerle a mi hijo y a mi mujer, porque sin ellos yo no podría celebrar esta fecha, y por Dios que este año me he sentido papá. Saludos a todos los amigos que ya son papás, a los que estén prontos a serlo, a los que aún no se deciden, para que lo intenten, porque es precioso, y a mi papá, a quien vi estos días, y que no ha estado muy bien de salud, y por supuesto, por la muerte reciente de su mamá.
Chaíto a todos.
Sé, a ciencia cierta, que ha bajado muchísimo la producción de post de este humilde servidor, al punto de que algunos de mis lectores han manifestado su inquietud por esta escasez de material nuevo en este espacio.
La verdad es que ando con un ataque de flojera y una suerte de bloqueo creativo derivada de un rol bien particular que tengo por esta época, cruzada por la búsqueda fallida de trabajo y una serie de dudas existenciales que espero discernir pronto: estoy de papá de tiempo completo, teniendo una oportunidad, derivada de las ya citadas circunstancias, de aprovechar todo un período de crecimiento y de aprendizaje de mi hijo que es simplemente maravilloso, pero desafortunadamente para ustedes, queridos lectores, dada la incansable actividad de mi Nachito en sus períodos en que no duerme la siesta, mi tiempo entre estos descansos se limita a cocinar y a otros quehaceres de la casa, quedándome sólo el período entre el final de la comida de la tarde luego de la llegada de la Claudia desde el hospital (a menos que a mi mujercita le toque turno) y la acostada final de mi niñito para el ocio (salvo cuando tenemos reunión de comunidad o terapia de pareja), para revisar las bolsas de trabajo, los mails y distraer la mente con los sitios de deportes, los blogs de otros amigos o simplemente jugar en el computador, y no me concentro lo suficiente como lo amerita la redacción de un texto ameno, comprensible y de algún interés para los lectores.
Así las cosas, les ruego paciencia. Me encantaría escribir más y mejor, y espero, con el favor de Dios, recuperar las energías, para darle un nuevo impulso a este espacio que nació, para quienes no lo saben, hace ya un año y 8 días, en medio de un período de inicio de la vida laboral y con la necesidad de poder hablar de aquello que no siempre se tiene la oportunidad de decir en el cotidiano, sea cual sea la razón para ello.
Finalmente y pese a las "quejas" expuestas por el agotamiento al que me tiene entregado ser "nano" de mi hijo, y siendo aún el día del Padre, quiero agradecerle a mi hijo y a mi mujer, porque sin ellos yo no podría celebrar esta fecha, y por Dios que este año me he sentido papá. Saludos a todos los amigos que ya son papás, a los que estén prontos a serlo, a los que aún no se deciden, para que lo intenten, porque es precioso, y a mi papá, a quien vi estos días, y que no ha estado muy bien de salud, y por supuesto, por la muerte reciente de su mamá.
Chaíto a todos.